1. Presentación de la buena práctica
Para hacer este reto me he puesto en contacto con Servicios Sociales del Ayuntamiento de Burela (Lugo), en concreto con el departamento de inmigración.
Burela es uno de los ayuntamientos que más porcentaje de población inmigrante tiene de Galicia, siendo en su mayoría procedentes de Cabo Verde o Mozambique. Esta situación no es ninguna novedad en el pueblo, ya que hay familias asentadas en el mismo desde hace generaciones creando una comunidad muy heterogénea e inclusiva.
De entre las muchas buenas prácticas e iniciativas que están realizando he elegido la que más ha llamado mi atención… Es un trabajo conjunto realizado por la Administración Local y Educativa, en el cual buscan a personas de referencia extranjeras para que impartan charlas en los institutos y colegios de la zona y de esta forma visibilizar que la raza no es un hándicap a la hora de prosperar en la vida.
2. Análisis del ámbito en el que actúa esta práctica
Estas charlas van dirigidas tanto a niños como a adolescentes y se suelen impartir en horario lectivo como una parte más de la programación educativa, dónde el objetivo principal es crear una sociedad no discriminatoria y libre de estereotipos negativos.
Los protagonistas hablan en primera persona sobre su experiencia y el camino que recorrieron hasta llegar a dónde están hoy en día, haciendo especial hincapié en el hecho de que no por ser extranjero significa necesariamente que vayas a tener un mal trabajo o incluso vivas en situación de precariedad.
Pese a que a lo largo de los años hemos avanzado muchísimo como sociedad, todavía queda arduo trabajo que hacer para eliminar toda conducta discriminatoria hacia la población extranjera, y uno de los pilares fundamentales para obtener buenos resultados es la educación que reciben los niños desde edades muy tempranas.
3. Impacto y resultados
Es difícil valorar a corto plazo los resultados de estas charlas, ya que el objetivo final es crear una sociedad libre de prejuicios en la que todos seamos iguales sin tener en cuenta nuestra procedencia o el color de nuestra piel. Pese a esto, están teniendo una buena acogida tanto por parte de los alumnos como de los profesores y demás personal de los diversos centros educativos.
En concreto los alumnos de infantil y primaria son mucho más receptivos y muestran más interés en estas charlas que los de secundaria, debido más que nada al hecho de que los niños pequeños ven todo como una novedad y una oportunidad de aprender cosas nuevas sin darle excesiva importancia a la apariencia del interlocutor; sin embargo la adolescencia es una etapa más complicada en la que es más difícil captar su atención y suelen ver estas charlas como una oportunidad para “perder el tiempo” y no dar clase.
Desde mi punto de vista creo que los resultados finales de este tipo de iniciativa siempre serán positivos, quizás no tanto como cabría esperar en un primer momento, pero buenos en su esencia. Como comenté más arriba no es fácil evaluar los resultados a día de hoy, solo podemos ver el interés que despiertan estas charlas en los alumnos, pero el resultado real se verá con el paso de los años cuando ya no solo cada persona como individuo tenga interiorizados los principios de la igualdad, sino cuando todos (como sociedad) hayamos evolucionado de tal forma que no nos sorprenderá que un extranjero tenga una gran carrera, un buen puesto de trabajo o un alto nivel de vida.
4. Puntos fuertes y debilidades
Creo que uno de los mayores puntos fuertes que tiene esta iniciativa es el hecho de que se conciencie a la sociedad futura desde la infancia de que no hay distinción por raza, procedencia, etnia, etc. a la hora de llegar a ser quien quieres ser en la vida y tener el futuro que deseas sin encontrarte muros sociales que hagan más difícil la consecución de tus objetivos.
Como debilidad veo la adecuación de las charlas a las distintas etapas del desarrollo cognitivo de los oyentes, dado que los ponentes no son expertos en pedagogía o didáctica y debería de haber una mayor coordinación con el profesorado para que cada charla estuviera diseñada acorde con la edad del público al que se dirige. Quizás una buena opción sería hacer estas actividades de forma más participativa, para que no fuera solo un discurso, sino que los alumnos interactúen directamente con los ponentes. Otro punto a mejorar sería el feedback, es decir, que posteriormente a las charlas se realizaran actividades en el aula relacionadas con las mismas, para que así los niños trabajen por su cuenta y afiancen lo aprendido.
¡Espero que os guste!